lunes, 1 de octubre de 2012

Las papas, su valor nutricional


Existe una especie de mito con respecto a las papas (o papas), pero lo cierto es que este tubérculo es un alimento digno de ser incorporado, cada tanto, a nuestra alimentación, ya que es fuente de hidratos de carbono y otros nutrientes. La clave estará, como en todos los casos, en cómo se cocina, para aprovechar sus bondades al máximo.
Compartamos en este post de Vitadelia la composición nutricional de las patatas:
*Hidratos de carbono: si bien casi el 80 por ciento de las patatas es agua, el siguiente compuesto que le sigue es el almidón, es decir, un hidrato de carbono. Aquí radica su valor calórico que, aunque muchas veces se crea la contrario, no es alto: unos 100 gramos de papa cruda aporta sólo 70 calorías.
Lo que sí puede sumarle calorías es su modo de preparación: si las patatas se hacen fritas, claro que se estará sumando gran cantidad de energía.
*Lípidos, son escasos y se encuentran más que nada debajo de su cáscara.
*Proteínas: se ubican también debajo de la piel y su aporte supone sólo un 2 por ciento del peso en seco de este tubérculo. Destacan las albúminas, globulinas, prolaminas y glutelinas. Vale aclarar que las proteínas no se ven afectadas en el proceso de cocción.
*Vitaminas: en cuanto a estos nutrientes, destaca la presencia de vitaminas C, A, B1, B2 y B6. También se concentran en su mayor medida debajo de la cáscara, de aquí que haya quienes recomienden consumirlas sin pelar o, en todo caso, ser muy cuidadosos al hacerlo y retirar una capa muy fina de su recubrimiento exterior.
*Minerales: el potasio es el mineral más representativo (se concentra básicamente en su piel), aunque también aporta fósforomagnesio, calcio y hierro.
Al contener alto nivel de potasio, convendrá ser cauteloso si se sufre de insuficiencia renal. De todos modos, en estos casos, se recomienda pelar las patatas, dejarlas en remojo durante un par de horas, y enjuagar bien antes de cocer.
Por el contrario, su contenido bajo en sodio, unido a su riqueza en potasio, hace que las patatas sean aptas para personas con hipertensión.
*Fibra: estos tubérculos también aportan fibra, aunque en una proporción no muy significativa (en realidad, baja, de sólo un 2 por ciento del total). De aquí que sea de las pocas hortalizas que se puedan comer cuando se padece diarrea.

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